Dicen que en otros tiempos fue la ciudad romana de Mediolum. Además en recientes excavaciones se han encontrado objetos romanos. Lo cierto es que cuando uno visita este pueblo de la provincía de Cuenca y se pierde por el casco antiguo, parece que se traslade en el tiempo al pasado. Tiene casas señoriales en las que sin querer detienes los pasos, para observarlas, admirarlas e imaginarlas en el marco del siglo XVIII. Pequeñas capillas pasan casi desapercibidas entre las casas más modernas, separadas unas de otras, con estampas de santos envejecidas por el paso de los años, pero permanecen allí, inalterables. Hay momentos en que casi se puede imaginar cómo vivían y vestían los habitantes que pasaron por allí en vidas anteriores. Un placer para los sentidos.
Vivir buscando el Norte, esa es mi lucha personal. El norte como horizonte, el norte como infinito, como respiro, como suspiro. El norte como sueño...
jueves, febrero 28, 2008
SISANTE.
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